La rehabilitación energética de edificios mejora la salud de las personas y reduce las emisiones. La falta de confort térmico y salud en los edificios están íntimamente ligadas. El sector residencial concentra el 40% de las emisiones totales. La rehabilitación energética de los edificios de viviendas genera bienestar y mejora la calidad de vida.
La sensación térmica, es la percepción de calor o frío de una persona. Así en una estancia a 18 ºC podemos tener sensación de frío o calor según si hay radiación directa del sol, o si las paredes están aisladas o no. se muy importante la temperatura superficial de las paredes en la sensación de confort. Si no disponemos de superficies calientes que irradian calor hacia el cuerpo, tendremos que subir la temperatura del aire de 18 ºC a 21 ºC , Con un incremento de gasto energético de un 15-20% para conseguir la misma sensación de confort térmico.
Se supone que la pobreza energética deriva del empobrecimiento de las capas sociales, como consecuencia de la disminución de los ingresos familiares y del aumento de los precios de la energía, combinado con la baja eficiencia energética de los hogares existentes. Se considera que para mantener las condiciones adecuadas de climatización para la salud, la temperatura adecuada es de 18-21 ºC en invierno y de 25 ºC en verano, según los criterios de la Organización Mundial de la Salud. Si no podemos mantener este rangos de temperatura, acumularemos problemas de salud. Una vivienda con temperaturas inadecuadas, o con mohos y humedades, es muy perjudicial para la salud. La falta de confort térmico, está relacionado con enfermedades físicas y mentales como el asma, artritis, reumatismo, depresión, ansiedad …, y con el aumento de la tasa de mortalidad adicional de invierno (exceso winter Mortality), por problemas cardiovasculares y respiratorios en personas mayores.
En España esta tasa es del 21% de unas de las más elevadas de Europa. Aunque no todas estas muertes adicionales se pueden atribuir a la pobreza energética, tan solo entre un 10-40% se pueden atribuir a vivir en viviendas con temperaturas inadecuadas, entre 2300 y 9300 muertes al año. Por su parte la OMS indica que el 30% de la mortalidad adicional de invierno puede ser atribuible a condiciones insuficientes de climatización de viviendas, por lo tanto hablaríamos de 7200 muertes al año. En todos los casos las muertes por pobreza energética es una cifra superior a las muertes por accidente de tráfico.