La crisis de la arquitectura de consumo

Ante la actualidad de la economía globalizada, las tendencias del modelo arquitectónico, siguen un camino paralelo, formando parte de un sistema holístico y materializándose en valores y estrategias, que representan la sociedad de consumo en la que vivimos . La arquitectura de consumo busca un mensaje superficial, para manipular emocionalmente a su receptor, análogamente a la propaganda comercial o al marketing publicitario, al arquitecto estrella ya la promoción de la marca personal, por encima de la funcionalidad o el diseño racional. Desde el inicio de la supremacía neoliberal con Thatcher y Reagan, (originalmente desde los Acuerdos de Bretton Woods ), Y la caída del muro de Berlín, hasta la crisis de los Lethmann Brothers, y aún hoy en día, es la estrategia predominante para el desarrollo de muchos proyectos emblemáticos.

La Ópera de Sydney es el ejemplo icónico y el modelo inicial de la arquitectura de consumo, que seguirán muchos. Un edificio y mucha complejidad técnica, y pionero en cuanto a la separación entre especialidades, arquitectura e ingeniería, donde se cree que se puede desarrollar un diseño arquitectónico sin tener en cuenta su realidad construible. El diseño deja de lado contemplar la construcción.

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