El sector de la edificación forma parte de la trilogía de áreas de consumo ciudadano, que junto con el transporte privado y la alimentación representa el 70% del impacto mundial. La edificación y la eficiencia energética son un binomio cada vez más importante. Las viviendas tienden a tener una mayor intensidad energética por unidad construida, con más equipamiento y unidades familiares más pequeñas, y una proliferación de viviendas unifamiliares, con un modelo de ciudad dispersa, con problemas de implantación de transporte público y mayor ocupación del suelo. El impacto de la construcción en el medio ambiente es muy importante al ser responsable del 40% de las emisiones de CO2, del 33% del consumo energético global, del 25% del consumo de materias primas, del 30% de generación de residuos sólidos y del 20% del consumo de agua y ocupación del suelo.